10 de abril de 2012

Un amor que crece: Entrevista concedida por Elizabeth Palmeiro, esposa de Ramón Labañino uno de los CINCO Héroes, a la periodista Mayra Batista Infante de Radio Granma.



El amor de Elizabeth Palmeiro y Ramón Labañino crece desafiando la distancia y es para ambos un arma más contra la injusta condena impuesta a Ramón, la manipulación de su causa y los vejámenes que ha vivido en estos 13 años en cárceles de Estados Unidos.

La fortaleza de este amor: Elizabeth, es la motivación para conversar con usted en tan significativo día ¿Cómo rompen ustedes los barrotes que los separan? 

“No hay barrotes, ni muros, que el amor no lo pueda, superar romper, traspasar. Porque precisamente es la fuerza que mueve muchas acciones de los seres humanos, es la motivación de los seres humanos a luchar por su bienestar y por el bienestar de su raza y de la existencia humana.

 “Para nosotros ha sido muy difícil todos estos años de separación de Ramón para las niñas, para mí, porque él es el centro, el horcón de la casa, a pesar de las prolongadas ausencias, siempre ha estado al tanto de todo. En las medidas de las posibilidades entre encierro, el hueco, situaciones difíciles en la prisión… Nunca hemos dejado de estar comunicados como con una especie de telepatía o algo parecido. 

 “Hemos vivido momentos muy importantes de nuestras vidas y la de nuestras hijas. Lo hemos podido superar en gran medida gracias a la solidaridad de nuestro pueblo y de muchos amigos en el mundo y en país como ustedes: los manzanilleros, los granmenses...

Ramón es un hombre lleno de amor y solo de amor y a pesar de las condiciones difíciles que ha vivido, esa capacidad no ha disminuido, al contrario crece. Por estos días nuestra hija más pequeña Lisbet cumple 15 años, y él desborda más amor, interesado por todo los detalles de su fiesta. Ella también llega a esta edad sin tener a su papá a su lado”.

¿Imaginaba usted que su amor por Ramón devendría en sacrificio, altruismo y espera?
 
“Nos conocimos, como muchos enamorados en Cuba, en una parada de la guagua en el Vedado, y a partir de ahí surgió una amistad muy bonita, compartiendo los mismos gustos, el teatro, el cine, el malecón, que después se convirtió en amor. Apenas nueve meses llevábamos de novios cuando me pidió que nos casáramos y sellamos nuestro matrimonio el 2 de junio de 1990. 

Los primeros años me entrené como madre con la pequeña hija de Ramón que pasaba los fines de semana con nosotros, después vinieron nuestras hijas que nunca han vivido prácticamente con Ramón, sacando la cuenta, Laura tiene ahora 19 años, arrestaron a Ramón cuando ella tenía 6 años y Lisbet un año, ya va cumplir 15. Nunca dejamos atrás por la distancia, ningún plan personal ni familiar de nuestra vida en común. 

“Ramón venía poco a Cuba antes de que fuera arrestado debido a la peligrosidad de su misión, que yo desconocía, pero me imaginaba que algo importante podía estar haciendo cuando él se lo alejaba tanto tiempo de la casa, pero aun así tome el reto de no aplazar la posibilidad de tener nuestros hijos, pues él siempre iba a estar cerca, nos iba a estar acompañando, aunque fuera en mi mente y en mi corazón. 

“Para las niñas también ha sido un reto no estar con su papá y saber que él a pesar de estar lejos de ellas, está al tanto de lo que hacen, de los logros, éxitos, penas y pérdidas, de todo...

¿Cómo crece ese amor en las esporádicas visitas a la cárcel en estos 13 años de injusta prisión?

“En esta larga espera las visitas han sido un promedio de una vez al año, por suerte, y nosotros aprovechamos el tiempo lo más que podemos, no nos lamentarnos del poco tiempo que tenemos, que no podemos besarnos y abrazarnos las veces que quisiéramos, que no le podemos llevar nada.

Sencillamente hacemos el esfuerzo mayor para disfrutar las horas al máximo, dejando las carencias espirituales que tenemos fuera de la prisión con la esperanza de que se haga la justicia y ellos regresen a Cuba.

¿Qué es el amor para usted?

Es el amor hacia Ramón, es eso que hago todos los días: ser digna de lo que él representa para todos, no solo para mi familia sino para el pueblo. “El amor hacia él es serle incondicional y defenderlo en todas las tribunas, el amor es también llevar adelante nuestra familia.

“El amor es tratar de no derrumbarme ante tanto sufrimiento por su ausencia, la injusta condena a que es sometido, las manipulaciones que se hacen de la causa que defiende, es no dejarme derrumbar porque él me necesita”.

5 de abril de 2012

Voces por la Justicia, ahora en su variante digital.


Voces por la Justicia, es un programa radial, fruto del trabajo de compañeros y compañeras de Radio Granma, integrantes del comité de solidaridad por la libertad de los CINCO Héroes cubanos, enjuiciados y condenados arbitrariamente por un tribunal hostil y anticubano en Miami, Estados Unidos.

La idea de Voces por la Justicia, ahora en su variante digital, es complementar y compartir con usted, testimonios, entrevistas y anécdotas de manzanilleros y manzanilleras para romper el muro de silencio mediático que también ha intentado condenar a Gerardo, Antonio, Fernando, Ramón y René.

A partir de las siete de mañana y desde el 2008 a través de Radio Granma en Manzanillo, usted puede actualizarse y conocer de primera mano, qué se hace, cómo se hace y porqué cubanos y cubanas exigimos al gobierno de Barack Obama inmediata liberación de los CINCO antiterroristas.

Entre sus fundadores se encuentran Pedro Enrique Vera Portales, Carmen León Guerra, Elvia Avelina Carbonell Falcón, Mayra Ramona Batista Infante, Ana Elia Ramos Leyva entre otros.

El programa es dirigido por Erenia Tamayo Torres y la edición a cargo de Leonardo Sánchez Collado, todos con el propósito de que usted sea la persona mejor informada sobre el caso de quienes nunca causaron daño a alguno, ni estuvieron en posesión de armas, ni las usaron en su misión. Su objetivo era simplemente proteger al pueblo cubano y estadounidense del terrorismo.

Los Cinco Cubanos fueron declarados culpables el 8 de junio de 2001 y condenados en diciembre de ese mismo año a cuatro cadenas perpetuas y 75 años en prisión.